Suecia 2007


 

Exposición individual de Humberto Ortega Villaseñor:

“Luz en el corazón de la palabra”
Ekocafé,
Drottninggatan 5,
Uppsala, Suecia
2007

(Poemas y fragmentos de poemas de Raúl Aceves,
El jardín infinito, Amaroma ediciones, México, c2006).

 

Huellas de luz

óleo sobre amate (40/60 cms)

Vagabundo,
vengo de la casa de nadie
por el sendero de todos hacia la casa del horizonte,
siguiendo las huellas de la luz

 

Series: La roca
óleo sobre amate (60/40 cms)

La roca
inconmovible
a través de los siglos
como escultura de la eternidad

Ya estaba ahí
antes que toda
forma fuera inventada,
espíritu que precede
a la materia

Ya estaba,
antes que Dios
se inventara a sí mismo
naciendo de la roca
inmaterial

Como perfecta
esfera vacía o cubo
de silenciosa geometría
o cabeza de mirada consciente,
semilla de la primera idea

Ya se la oía
pronunciar sonidos
anteriores a toda música
y la sílabas germinales
de todos los cantos.

 

 

Caverna y mesa
óleo sobre amate (40/60 cms)

En el origen fueron los signos
y su infinita rotación,
la punta de flecha profunda
en la carne de los días
y de los dioses desnudos.

Pedernal que imaginó
la primera forma del arte sacro,
madre de los celestes
convertida en caverna y mesa
de la primera casa y altar.

(p.27-28)

 

 

Corazón
óleo sobre amate (40/60 cms)

Hundo mi mano en tu pecho
hasta llegar al corazón terrestre;
luego la hundo más allá
hasta llegar a tu corazón de ángel

Luego
mi mano desaparece
convertida en estrella

 

 

Inundado de ser
óleo sobre amate (60/80 cms)

…Lo habita la fuerza
de lo invisible,
la oscura palabra
de la luz cegadora,
la voz de lo que calla

Andan volando
las embriagadas palabras
en el aturdido silencio
de lo innombrable
la mariposa de la realidad.

(fragmento, p. 21)

 

 

Signos de puntuación
óleo sobre amate (40/60 cms)

Érase
un hombre imperfecto
que escribía
poemas imperfectos
al borde del abismo

Érase un viaje
que duraba toda la vida
siempre a punto
de convertirse en la escritura
de sí mismo

Éranse
los signos de puntuación
de una escritura perfecta
que se escribía más allá
de sí misma.

(p. 16)

 

 

Serie: Campanas
óleo sobre amate (60/40 cms)

Se oye
un concierto de campanas
en la catedral del aire

El sol
dibuja en los vitrales
su música de colores

Una parvada
de ángeles se acomoda
entre las ramas de los árboles.

(p.29).

 

 

 

Piel solar
óleo sobre amate (40/60 cms)

Las almas crecen
maravilladas de sí mismas
en la estación húmeda
para que alguien las corte
y se las coma

Estallan los seres dentro de su piel solar
sólo contenidos
por la danza inmóvil
de su vida vibrante

(fragmento, p.18).

 

 

 

Jardines secretos
óleo sobre amate (60/80 cms)

De noche llegan
los oleajes intermitentes
a perturbar
los jardines secretos
con sus oscuras
iluminaciones

El sueño
es el testigo
de sus indescifrables
procesiones.

(p.31)

 

 

Llueven soles
óleo sobre amate (40/60 cms)

Llueven hacia fuera
soles encendidos
desde la profunda casa del alma
en el jardín de la luz

Llueve desde todas
las células incendiadas
hacia las altas ramas del aire
y el vendaval abre
las ventanas del cielo

(fragmento, p.17)

 

 

Viajera
óleo sobre amate (40/60 cms)

Agua viajera
que salió un día
de la otra orilla
a bordo de una palmera
asomada al vacío

Poesía líquida
que deja su fugaz
huella de arena
que borra el mar
después de leerla

Ya todo
está escrito, sólo falta
decirlo en voz alta
y con espumas delirantes

(p.11)

 

 

 

La gota
óleo sobre amate (60/40 cms)

Gota
Del más alto cielo
Del más hondo sueño
De lejanos ancestros
Y memorias cristalinas

Gota
Oculta bajo la dura piel
Que abre su ventana
De luces multicolores
Hacia el cielo de ópalo

Veo en sus labios
La cabeza naciente
De una palabra
Y veo en sus ojos
¿la punta de qué?

(p.14)