Biografía


Humberto Ortega-Villaseñor es un pintor profesional nacido en la Ciudad de México. Se ha dedicado a la pintura desde la edad de cinco años, en que su padre le enseñó a trabajar con acuarela. En las primeras décadas de su vida se inclinó por lo figurativo: dibujaba cuerpos humanos en un genuino esfuerzo por situar la naturaleza humana como el eje o centro de la mayoría de las respuestas que buscaba.

A medida que fue creciendo y desarrollando su propio lenguaje, se interesó cada vez más en otros aspectos de la plástica como la textura y el color, pasando a trabajar con óleo, gouache y collage sobre distintos soportes.  A la larga, el enriquecimiento técnico lo llevaría a abrirse espacios hacia preferencias menos figurativas y a la experimentación con nuevos materiales, descubriendo por ejemplo,  que “la intensidad de los tonos podía adquirir un significado específico cuando se relacionaba con grados particulares de tonalidades, ciertas líneas, planos, composición y proporciones presentes en cada propuesta visual.

Humberto finalmente comenzaría a realizar “viajes de búsqueda” visitando muchos sitios antiguos del México precolombino. Fue ahí, donde pudo dedicar tiempo a contemplar y corroborar la brecha terrible que separaba el vacío que ofrece la vida occidental moderna y la pesada carga de sabiduría y aprendizajes por develar de esos sitios precolombinos. “Me embelesaron a tal grado esos lugares que nunca pude deshacerme de esas primeras impresiones. Eran como voces e intensidades cromáticas que comprometían mi alma de alguna manera”.

A partir de estas experiencias, Humberto comenzaría a infundir en su obra un nuevo lenguaje de símbolos,  y aprendería incluso la técnica de preparar papel amate a partir de la corteza de árboles para crear atmósferas y densas texturas que caracterizarían su obra desde entonces.

Humberto ha expuesto su obra en numerosas exposiciones individuales (principalmente México, Nueva York y Europa). Continúa explorando nuevos horizontes y posibilidades expresivas para dar un significado más profundo a su actividad. Señala, “reconozco que el proceso como ‘buscador de arte’ no es fácil. Es una gran responsabilidad intentar convertirse en un verdadero artista, ya que se debe tener una disposición innata al diálogo constante con uno mismo, con el propio corazón y con la Totalidad. Creo que mis humildes avances en ese plano son parte de un despertar que se está produciendo colectivamente a niveles profundos de conciencia.

En fin, debe por último agregarse, que el artista es también profesor e investigador de la Universidad de Guadalajara con un doctorado por la UNAM (México).  Por esa razón,  imparte clases, dicta conferencias y  estudia los vínculos entre creatividad visual y literaria.  Tiene varios libros y artículos publicados en campos relacionados principalmente con el arte, la cultura y la comunicación.

Hoy, el pintor reside en Guadalajara, Jalisco y Ciudad de México con su esposa Milagros y sus hijos.